LAS células,
tejidos y organismos, tienen como base estructural miles de moléculas cuyo
comportamiento no obedece otras leyes que las generales de la física y de la
química. Para penetrar en el conocimiento del funcionamiento de las células,
hay que comenzar por saber, en última instancia, de qué tipos de moléculas
están hechas. Llegará el día en que conozcamos la estructura detallada y el
funcionamiento de cada una de esas moléculas.
Aunque los organismos vivos están
compuestos de una variedad limitada de átomos, la variedad de moléculas es
enorme; ello se debe, en parte, a que en su composición el elemento central es
el carbono. Este elemento puede formar cadenas, y una gran diversidad de
compuestos; en la mayor parte de los casos se combina con el hidrógeno y el
oxígeno, pero en muchísimos otros con distintos elementos.
Aunque es enorme la diversidad de
sustancias que compone a los seres vivos, por sus semejanzas estructurales es
posible agruparla en ciertas categorías. Hay compuestos cuyas unidades son
cadenas cortas de átomos de carbono, a los cuales se unen hidrógenos y grupos
-OH (oxhidrilos); se llaman azúcares (porque sus unidades son
dulces). Hay otros compuestos, también de gran variedad, pero con semejanzas
estructurales entre sí, que están formados en gran parte por cadenas largas, la
mayoría de 16 a 18 átomos de carbono e hidrógeno; se llaman lípidos.
Otra clase más de sustancias, además de carbono, oxígeno e hidrógeno, contiene
otro elemento fundamental, el nitrógeno, en la forma de -NH2 (grupo
amínico), a base de unidades pequeñas, en número de 20 distintas, que se unen
para formar largas y complicadas cadenas, las proteínas.
Estas sustancias compuestas de carbono,
hidrógeno y oxígeno, reciben también el nombre de hidratos de carbono o
carbohidratos. Así se les llamó porque en muchos de ellos, por cada átomo de
carbono hay dos de hidrógeno y uno de oxígeno, en la misma proporción que en el
agua. Al oxidarse estos compuestos constituyen la fuente principal de energía
según la reacción siguiente:
C6 H1206 +
02 ® C02 +
H2 0 + energía
Durante la fotosíntesis, el proceso es
al revés; con la energía del Sol, y en un proceso que describiremos más
adelante, las células vegetales y las bacterias fotosintéticas son capaces de
sintetizar azúcares a partir de C02 y H20.
Posteriormente, los animales, incluyendo al hombre, invertimos ese camino,
tomando la energía de los azúcares, que originalmente provino del Sol, para
realizar nuestras funciones vitales. Así, los azúcares son en realidad una
forma de almacenamiento de energía solar que los animales aprovechamos para
vivir.
En la fotosíntesis se produce glucosa;
este azúcar de seis átomos de carbono se puede transformar en muchos otros
azúcares semejantes, ya sean también de seis, de menos, o de más átomos. Entre
los más comunes y conocidos se encuentran, desde luego laglucosa, que es
la unidad para formar muchas de las moléculas que comemos, como el almidón del
trigo, maíz, papas, etc., la fructosa, o azúcar de la fruta, y
la galactosa, de la leche, ambos
de seis átomos de carbono, y la ribosa y
la desoxirribosa, de cinco átomos de carbono cada una. Estos
azúcares se comportan como unidades que se repiten en la estructura de otros, y
por ello se les llama monosacáridos. El nombre de monosacáridos viene del
griego, sacarós, dulce, y monos, único, uno,
es decir, unidad. El nombre del azúcar es de origen árabe, açuccar.
Estos azúcares simples y relativamente
pequeños se pueden unir para formar, por ejemplo, la sacarosa, o
azúcar común, formada por una molécula de fructosa y una de glucosa. El azúcar
de la leche, la lactosa, está formado por la unión de una molécula
de glucosa y una de galactosa. A estos azúcares formados por dos monosacáridos
se les llama disacáridos.
Figura I.1. Los azúcares simples y los
disacáridos. Los monosacáridos se pueden unir para formar los disacáridos, como
el azúcar común, la sacarosa, o el azúcar de la leche, la lactosa.
Hay otras posibilidades, hasta llegar a
la que consiste en la unión de miles de estos monosacáridos, como la glucosa,
que produce varios compuestos: los polisacáridos (del griego polis,
muchos). Entre éstos se encuentra el almidón, que representa la
forma más común de almacenar azúcar en las semillas y algunas raíces de las
plantas, y elglucógeno, que cumple la misma función pero en los
tejidos animales. Ambos compuestos son el resultado de la unión de miles de
moléculas de glucosa. Hay otra sustancia semejante, la celulosa,
que está formada por cadenas larguísimas de glucosa que se constituyen en
fibras, y que es casi el único componente de la madera y el algodón, y de la fibra
vegetal en general.
Figura I.2. El almidón, el glucógeno y
la celulosa. Miles de unidades de glucosa se unen para formar estos
compuestos.
Los azúcares simples o monosacáridos se
pueden convertir en otros, también pequeños, a los que se llama derivados,
entre los que se encuentran ácidos, alcoholes, etc. Éstos, a su vez, se
convierten en polímeros, es decir, en complejos de cientos o miles de unidades,
que además tienen una función muy variada. Son, por ejemplo, los que lubrican
las mucosas y las articulaciones de los animales; los que dan a las células
gran parte de su identidad, pues están en su superficie; etc. Tal vez el
ejemplo más conocido sea el de los grupos sanguíneos, compuestos de este tipo
que caracterizan a los glóbulos rojos de distintos individuos dentro de la
misma especie.
Tal vez la principal característica de
estas sustancias sea que, aunque también están compuestas por carbono,
hidrógeno y oxígeno, la proporción del último es mucho menor, y que el carbono
forma largas cadenas de átomos que se unen al hidrógeno, de manera semejante a
los hidrocarburos del petróleo. La base de muchos de ellos son los ácidos
grasos, y los más comunes están formados por una cadena de unos 16 a 18 átomos
de carbono, que se representa en seguida:
CH3-CH2-CH2-CH2- ...
CH2-COOH
Estas moléculas de ácidos grasos se
pueden unir a otras, la más sencilla es el glicerol. En este caso, el compuesto
resultante, que se representa en la figura I.3, es una grasa neutra, como la
manteca o el aceite comestible.
Figura I.3. Una grasa neutra. Está
formada por glicerol ( también conocido como glicerina) unido a tres ácidos
grasos. La diferencia entre estos aceites y las mantecas está dada por los
tipos de ácidos grasos que intervienen en su composición.
Entre los lípidos más importantes están
los fosfolípidos, moléculas que veremos al hablar de las membranas, en las
cuales participa también el ácido fosfórico y otras sustancias y compuestos,
como se muestra en la figura I.4.
Figura I.4. Un fosfolípido. Es parecido
a una grasa neutra, pero en su composición intervienen, además de los ácidos
grasos, el ácido fosfórico (H3PO4) y otras sustancias
como el inositol, la colina y otras. Tiene una parte llamada polar, capaz de
interactuar con el agua, y una "cola", que es rechazada por ella, que
los obliga a formar una doble capa, base de la estructura de las membranas
celulares.
Los fosfolípidos tienen la propiedad de
que su parte compuesta por la cadena hidrocarbonada, semejante al aceite, que
forma una especie de "cola", es rechazada por el agua. La otra
porción, la "cabeza", puede interactuar libremente con el agua. Así,
cuando se dispersan en el agua, y más aún, cuando se producen en las células,
se organizan de manera tal que la porción hidrocarbonada, también llamada apolar es
rechazada por el agua y se retrae para unirse con las de otras, mientras que la
partepolar queda expuesta al agua, formándose una doble capa,
impermeable en su porción central a las moléculas voluminosas o recubiertas de agua.
Esta es la estructura fundamental alrededor de la cual se agregan otras
sustancias en las membranas celulares.
Hay otros lípidos de tipo diferente
entre los cuales se encuentra el colesterol, que forma parte de muchas
membranas, así como otras moléculas semejantes en su estructura más que en sus
funciones o propiedades, como algunas hormonas y vitaminas, los ácidos biliares
y otras.
Figura I.5. La organización de los
fosfolípidos y las membranas. Las porciones polares de los fosfolípidos quedan en
contacto con el agua, y las porciones apolares, rechazadas por ella, forman una
doble capa, impermeable a un gran número de sustancias.
Figura I.6. El colesterol, la
cortisona, el ácido cólico, las vitaminas A, E y D forman también parte del
grupo de los lípidos.
Las mantecas y aceites comestibles son
también fuentes muy importantes de energía en los animales y los vegetales. En
mayor o menor grado, todos tenemos grasa en distintas partes del cuerpo;
algunos individuos incluso llegan a acumular cantidades enormes; en este caso,
difícilmente podríamos pensar que fueran almacenes de energía. Es tal la
importancia que se da a la acumulación exagerada de grasa, que se le considera
una enfermedad. Por otra parte, las acumulaciones de grasa en algunas partes
del cuerpo nos sirven para protegernos de golpes, pues son como colchones. La
grasa también es un aislante que nos permite resistir el frío. También la grasa
acumulada bajo la piel es la que da al cuerpo femenino su contorno suave y gran
parte de su belleza.
R
|
—
|
CH
|
—
|
COO H
|
½
|
||||
NH2
|
Por tener el grupo -COOH o
carboxilo son ácidos orgánicos, y por poseer el grupo amínico (-NH2)
son aminas, por lo que se les llama aminoácidos. El grupo representado
por R puede cambiar desde un átomo de hidrógeno, hasta
estructuras más complicadas, para dar 20 distintos compuestos, que se unen
entre sí para formar variadas cadenas de diferente longitud y que reciben el
nombre de proteínas. A continuación se representa la estructura de
una de ellas, en la que se puede apreciar su estructura complicada que les
confiere extraordinarias propiedades; éstas son las piezas funcionales de la
maquinaria celular. Por ejemplo, las proteínas son las que, en las membranas,
se encargan de identificar y permitir el paso de sustancias hacia uno y otro
lado; son las que, como enzimas, se encargan de facilitar miles de reacciones
químicas de las que depende la vida de la célula, así como de muchas otras
funciones.
Figura I.7. La estructura de una
proteína (la mioglobina). Los aminoácidos se unen entre sí y forman largas
cadenas, que dan como resultado estructuras muy complicadas que permiten
funciones de extraordinaria complejidad. Las proteínas son los elementos funcionales
por excelencia de lascélulas.
En las células hay también otro grupo
de moléculas pequeñas, formado por la adenina y la guanina, llamadas bases
púricas, las bases pirimídicas, la citosina, el uracilo y la timina, que se
unen como se presenta en la figura I.8 para formar los nucleótidos o
desoxirribonucleótidos. Estos, a su vez se unen en largas cadenas para formar
los ácidos nucleicos: el DNA o ácido desoxirribonucleico a partir de los
desoxirribonucleótidos y el RNA a partir de los ribonucleótidos.
Figura I.8. Las bases púricas y
pirimídicas, los nucleótidos. Éstas son las unidades que forman los ácidos
nucleicos siguiendo un orden siempre bien definido.
Estas moléculas deben su importancia a
que las células las pueden duplicar y sintetizar, según las reglas precisas que
les permiten conservar y utilizar la información que las células y los
organismos necesitan para mantener sus componentes, su estructura y su vida misma.
El DNA, debido a esta propiedad de ser duplicado con precisión, es la molécula
que permite que se reproduzcan los seres vivos y que, gracias al mecanismo de
la herencia, permanezcan casi invariables las características individuales,
según la especie de cada uno.
Figura I.9. Los ácidos nucleicos son
cadenas enormes de nucleótidos, que tienen "escrita", en clave la
información, en el caso del DNA, se puede reproducir o duplicar cuando
una célula se divide, para pasar a las células hijas sin alteración.
Las reglas para la duplicación del DNA
y la transmisión de las características hereditarias de unos organismos o
células a su descendencia, son muy sencillas. El DNA está formado por una
cadena doble de nucleótidos, como se muestra en la figura I.10. Los nucleótidos
se distinguen unos de otros por las "bases" que los componen, que
suelen ser adenina,guanina, citosina y timina, y
siempre, frente a una timina hay una adenina, y frente a una guanina una
citosina. Esta estructura es también la base en la duplicación de DNA. Cuando
ésta ocurre, la doble cadena se separa y se forman dos cadenas dobles
idénticas, que van a las células hijas durante la división celular.
De una manera similar, la información
contenida en el DNA se transmite o se lleva al citoplasma para ser utilizada,
mediante la síntesis del RNA mensajero (mRNA). Ésta es latranscripción,
y se realiza a partir de uno de los hilos del DNA siguiendo una regla: frente a
un nucleótido de adenina, guanina, citosina o timina del DNA, se coloca uno que
contenga uracilo, citosina, guanina o adenina, respectivamente. Luego el mRNA
pasa al citoplasma en donde, mediante procedimientos especiales, la información
transcrita en el RNA se convierte en un acomodo de aminoácidos específicos en
forma de cadenas, que constituyen las proteínas. Éstas, finalmente, son las
verdaderas piezas de la maquinaria celular, pues son enzimas, transportadores,
moléculas contráctiles, receptores de señales, etcétera.
Figura I.10. La regla para la
duplicación del DNA. Siempre que se fabrica una nueva molécula, frente a una
adenina se coloca una timina, y frente a una guanina una citosina, y viceversa.
Para enviar la información al citoplasma, se utilizan moléculas de RNA (ácido
ribonucleico)que se fabrica mediante una regla semejante.
En los seres vivos hay una cantidad muy
grande de agua, que les es indispensable para vivir; pero también existe una
importante proporción de sales minerales, desde algunas que intervienen con
relativa abundancia —como el sodio y el cloro, que ingerimos en la sal común,
el potasio, el calcio o el fosfato, estos dos últimos de fundamental
importancia en la composición de los huesos y otras funciones— hasta otras que
participan en muy pequeñas cantidades, como el cobalto, el yodo y otros
elementos.
La diversa naturaleza de las moléculas
es sólo una fase de la organización celular. Las células, los tejidos, los
órganos, sistemas y los organismos mismos, resultan de la asociación organizada
de las moléculas, que de maneras diferentes se reúnen y forman tipos de
estructuras más complicadas, desde asociaciones relativamente sencillas de unas
moléculas con otras, como sucede en el caso de las membranas biológicas, que
cuentan con una estructura básica dada tan sólo por la asociación de los
fosfolípidos. El siguiente nivel de asociación es el de moléculas más grandes,
como las proteínas o los ácidos nucleicos, que se pueden unir para formar los
llamados complejos supramacromoleculares, dentro de los cuales tal vez los más
conocidos sean los virus. Finalmente, hay niveles de organización
extraordinarios, resultado de la asociación de enormes cantidades de moléculas,
verdaderas obras de arte de la naturaleza, con complicadísimos mecanismos de
funcionamiento y estructura; éstos son los llamadosorganelos celulares.
Los lípidos, o más concretamente, los
fosfolípidos ( figuras I.4 y I.5 ), son moléculas anfifílicas, es decir, están
formadas por dos porciones diferentes en lo que respecta a sus posibilidades de
interacción con el agua; según las reglas ya descritas en este mismo capítulo
se asocian para formar una doble capa, estructura básica de las membranas
celulares. Estas estructuras son los principales componentes de lo que se
podría considerar la parte fundamental de las membranas biológicas. Esta
estructura hidrofóbica en la parte central no permite, por lo tanto, el paso de
moléculas polares, como los iones, ni de moléculas de mayor tamaño y es
impermeable, salvo a partículas muy pequeñas, como el agua.
Así, las células también se encuentran
envueltas por una membrana que en principio es impermeable a la mayoría de las
sustancias que se encuentran en la naturaleza, sobre todo a aquellas solubles
en agua, las polares. Experimentalmente se pueden preparar vesículas
artificiales microscópicas de fosfolípidos y demostrar que son impermeables a
todas las moléculas con carga eléctrica.
Aunque la estructura básica de las
membranas es la que se presenta en la figura I.4, existe gran variedad, pues
las diversas moléculas les dan otras propiedades, de acuerdo con su origen
particular. En la figura I.11 se presenta un modelo más cercano a la realidad,
donde se muestran moléculas de proteínas que se encargan de transportar
materiales en un sentido o en otro. Los componentes de la cadena mitocondrial y
de los sistemas de transformación de energía, los receptores de señales, son
algunos de los tipos de proteínas que dan a las membranas celulares sus
características funcionales.
Figura I.11. La estructura
"real" de una membrana biológica. En el esquema se muestran muchas
proteínas incluidas dentro de la bicapa, que son las que le dan su capacidad
funcional a la membrana.
De aquí resulta que las membranas
celulares no son sólo estructuras impermeables que sirven para aislar a las
células o a algunos de sus organelos del medio que los rodea, sinoasociaciones de
muchas más moléculas. Se trata de estructuras dinámicas y de extraordinaria
importancia, que más que separar dos espacios establecen comunicaciones
convenientes entre ellos. La membrana celular debe contar, por ejemplo, con
todos los elementos para seleccionar del medio lo necesario, y también para
eliminar lo que es inútil o perjudicial a las células. El movimiento de
sustancias hacia ambos lados de una membrana celular puede llegar a ser tan
importante, como en los axones de las células nerviosas, en las cuales su
capacidad de conducción de los impulsos nerviosos se debe a un sistema ordenado
y propagado de movimientos de iones a lo largo de sus prolongaciones. Por otra
parte, las membranas representan un elemento que permite delimitar a los
organelos celulares, que son verdaderas unidades con características
estructurales y funcionales definidas. En muchos de ellos la membrana constituye
el componente fundamental en la cual se realizan físicamente muchas de las
funciones, como se verá posteriormente para la mitocondria y el cloroplasto.
Aun con lo delicada que es la
estructura y la función de una proteína, hay todavía la posibilidad de que
alguna esté formada por más de una cadena de aminoácidos, lo cual aumenta la
complejidad dentro de esa molécula que de cualquier forma ha sido diseñada para
realizar una determinada función.
Pero la existencia de más de una cadena
polipeptídica no es el límite en la estructuración de las proteínas. Hay muchos
casos en los cuales se ha descrito la formación de estructuras (o
superestructuras) en las que participan varias proteínas, unidas con más o
menos fuerza y cada una de ellas realiza una función que tiene relación con
otra, de tal manera que la asociación da lugar a unidades que podríamos llamar
multifuncionales. Después vendría el complejo supramacromolecular, en donde una
proteína ya es una macromolécula, en comparación con otras, como las de glucosa
o un ácido graso. Estas moléculas tienen masa de 200 a 300 Daltones, mientras
que la masa de una proteína de tamaño promedio es de 50 000 o 60 000 Daltones.
A estos complejos de varias moléculas se les llama también complejos
multienzimáticos, pues cada molécula tiene capacidad de realizar una reacción
química o enzimática. En la figura I.12 se muestra un ejemplo esquematizado de
uno de ellos, en donde la participación de varias enzimas asociadas cataliza la
síntesis o producción de los ácidos grasos, en un proceso que, por cada
"vuelta", agrega dos átomos de carbono a la molécula de la que se
parte.
Figura I.12. Un complejo
multienzimático. La agregación de varias enzimas dentro de un complejo supramacromolecular
ofrece a éste la capacidad de realizar una función complicada en un espacio
relativamente pequeño.
Así como se pueden formar complejos de
dos o más proteínas, para realizar una función o una serie complicada de
funciones existe la posibilidad de formar complejos híbridos entre diferentes
tipos de moléculas. Tal vez el caso más conocido y común en las células sea el
de los ribosomas, estructuras supramacromoleculares formadas por
proteínas y RNA, que reúnen todos los elementos que se requieren para realizar
la síntesis de las proteínas. La estructura de los ribosomas varía según su
origen y su tamaño, pero todos están formados por una unidad grande y una
pequeña (figura I.13) que en conjunto se encarga de "leer" el mensaje
que, a partir de DNA, es transmitido por el RNA "mensajero" al
citoplasma de la célula, en el cual se encuentran los ribosomas.
Figura I.13. Un ribosoma, complejo
sistema supramacromolecular, asiento de la síntesis de las proteínas en la
célula.
En la subunidad grande se encuentra
otro tipo de RNA, llamado de "transferencia", que ya trae unido un
aminoácido específico que se ha de agregar a la cadena de aminoácidos que se
está sintetizando. Entre ambas subunidades hay un surco por el cual se desliza
la molécula de RNA mensajero a medida que se va leyendo, y por un lado de la
subunidad grande sale la cadena de aminoácidos (cadena polipeptídica) que se va
formando. Este asombroso conjunto, en el caso de la Escherichia coli,
el colibacilo o bacteria común del intestino, está formado por un conjunto de
moléculas que en total tienen un peso molecular de 2.7 millones de Daltones.
Además del RNA, la subunidad grande contiene 34 proteínas diferentes y la
pequeña 21. Una de las características importantes de estas estructuras
consiste en que se les puede disociar en sus componentes y volver a integrar a
partir de ellos, si se utilizan condiciones adecuadas.
Hay otro grupo de complejos de
naturaleza semejante, es decir, formados por la asociación de proteínas y
ácidos nucleicos, según un orden preciso, que tiene gran importancia dentro de
los seres vivos; se trata de los virus. Estas estructuras realmente
no son seres vivos, pero tienen la capacidad de invadir a las células u
organismos unicelulares y, una vez en su interior, reproducirse gracias a los
sistemas que para ello existen en la célula invadida; sin embargo, por sí solos
son incapaces de realizar ninguna función.
Los virus pueden dirigir la maquinaria
genética de las células que invaden, y replicar sus proteínas y ácidos
nucleicos para producir nuevos virus. Interactúan primero con la superficie de
una célula y se introducen, o introducen sus ácidos nucleicos, y con lo cual
fuerzan al sistema normal de síntesis de proteínas y ácidos nucleicos de las
células a producir los componentes de ellos mismos, que dan lugar luego a
nuevas partículas virales. En ciertas ocasiones, los virus producen
alteraciones tan fuertes tanto en la estructura como en el funcionamiento de la
célula, que llegan a causarle la muerte.
En el cuadro I.1 se presentan las
características de algunos virus; todos están compuestos de proteínas y ácidos
nucleicos y son partículas de tamaño grande, con pesos moleculares de varios
millones. Como se ve en el cuadro, hay virus bacteriófagos, capaces de infectar
a las bacterias, que han sido de gran utilidad en el estudio de la biología
molecular. Los virus de las plantas contienen RNA en lugar de DNA; la cantidad
y la diversidad de las proteínas son también grandes; el virus del mosaico del
tabaco contiene sólo una especie de proteínas; el bacteriófago T2 contiene
50 especies diferentes.
La forma y las dimensiones de los virus
son también variables, pero todos tienen una estructura geométrica definida.
La importancia de los virus puede inferirse
del cuadro I.1, dos de ellos, el de la poliomielitis y el de la vacuna son
ampliamente conocidos; el primero por la enfermedad que produce, y el segundo
porque da lugar a la producción de anticuerpos o defensas que protegen en forma
cruzada contra el virus de la viruela. Los adenovirus también son importantes:
algunos producen tumores en los animales, y es por esto y por otros datos que
se asegura que algunos tumores del hombre son producidos por virus. Es
importante señalar que algunos virus, como los bacteriófagos, son capaces de
atacar y matar ciertas bacterias.
CUADRO I.1.
Características de algunos virus. Además del ácido nucleico, cada uno de ellos
tiene distintas proteínas, según su tamaño.
Peso molecular, megadaltones
|
Ácido nucleico
|
Dimensiones nanómetros
|
|
Bacteriófagos
|
|||
T2
|
220
|
DNA
|
18
|
X174
|
6
|
DNA
|
6
|
Virus vegetales
|
|||
Mosaico del tabaco
|
40
|
RNA
|
300
|
Necrosis del tabaco
|
2
|
RNA
|
21
|
Virus animales
|
|||
Poliomelitis
|
6.7
|
RNA
|
30
|
Adenovirus
|
200
|
DNA
|
70
|
Vacuna
|
2 000
|
DNA
|
230
|
En la figura I.14 se presenta el
esquema de una célula, rodeado de las imágenes de los principales componentes
identificables por microscopía electrónica. Desde el siglo pasado se iniciaron
los estudios de las propiedades del contenido de las células. Se propuso que
dentro de ellas existía una sustancia de propiedades comunes para todas, e
incluso se iniciaron polémicas para definirlas; se decía que el citoplasma
tenía estructura alveolar o granular o fibrilar, y se aseguraba que sus propiedades
eran especiales por tratarse de la sustancia vital por excelencia. Las
observaciones con el microscopio electrónico de la figura I.14 muestran cuán
equivocadas estaban estas suposiciones, y presentan el número de elementos que
se puede identificar dentro de la célula; también demuestran que no se pueden
identificar las mismas estructuras en todas las células, y que tampoco se les
encuentra con la misma abundancia.
En el capitulo III se describirá con
detalle la estructura y la función de cada uno de los organelos que se han
identificado, cuyo funcionamiento es verdaderamente asombroso y en gran parte
aún desconocido para nosotros, pero gracias a la investigación de miles de
científicos en el mundo, cada día sabemos más al respecto.
Figura I.15. Esquema de la estructura
de una célula y sus organelos.